Artista: Laura Villana (Pereira).
Ubicación: Calle 13 con carrera 12 bis.
Técnica: Vinilo y aerosol.
Edición festival en el que fue realizado: Memoria y Territorio (2018)
La villana y Esther García
La Villana es misticismo. Le gusta que las mariposas que ingresan por su ventana le den ideas para su obra. Abre su corazón a antiguas tradiciones para fundirlas en su trazo. Explora el mundo y a los planetas vecinos, para entender mejor como se mueven sus aguas internas, para que el magma que brota de sus palabras se refleje en sus pinturas. Pero también es dualidad. A veces se viste de luz y otras veces nace en su oscuridad. Por eso le gusta firmar como Uma – Vil, (la antigua diosa Hindú madre de Ganesha y el adjetivo que denota ruin). Funde ambas ideas con su raíz familiar para profundizar en su forma de percibir el mundo. En esa búsqueda, ha encontrado a mujeres que le han enseñado el camino de la libertad. Así, halló en el libro La fama de las pereiranas, a la hetaira Esther García, quien fuera a principios del siglo XX, inmortalizada en la película Nido de cóndores por salir en la pantalla mostrando sus efluvios del corazón. Su presencia mostrando las tetas causó la censura del filme. Ese hallazgo le dio la idea de romper con el reparo que había hecho la sociedad pereirana y de dibujarla sobre uno de sus muros. Su obra la llenó de referencias sobre el origen indígena de Esther García, y la ubicó en algún punto del río Otún, rodeada de plantas y vasijas. Lo hizo de esta manera, para demostrar la diversidad de las raíces pereiranas, de lo mágico y bello de sus mujeres, de la falta de tapujos a la hora de expresarse, pero sobretodo, para agradecerles por ser su fuente de inspiración.
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