Corporación Khuyay y la Asociación Herencia Cimarrona realizaron un mural de 136 metros cuadrados en Santa Cecilia, el cual, por medio de cuatro narrativas, brinda un homenaje a memorias compartidas por los nativos.
Tras el encanto de recorrer Santa Cecilia, en Risaralda, un corregimiento del Chocó biodiverso, cinco artistas urbanos se acercaron a la historia cimarrona, la riqueza cultural indígena y afro y la hermosa biodiversidad del alto bosque.
En compañía del conservador Blas Cárdenas recorrieron ríos y se adentraron a la montaña para reconocer especies de flora y fauna como la rana arlequín.
A orillas del río Agüita, Antonio Mosquera relató sus conocimientos sobre plantas medicinales, mientras la dulce voz de la maestra de literatura Adriana Palomeque habló de gastronomía, resistencia y memoria.
El legado cimarrón es la fuerza y la libertad que se ha transmitido a través de tradiciones vivas.
En consonancia, desde la Corporación Khuyay y la Asociación Herencia Cimarrona se realizó un mural de 136 metros cuadrados, el cual, por medio de cuatro narrativas, brinda un homenaje a muchas de esas memorias compartidas por los y las nativas.
Ventus se enfocó en la rana dardo bicolor (phyllobates bicolor), la segunda más tóxica del mundo según WCS Colombia, presente en los bosques de Santa Cecilia y que se encuentra en peligro debido a amenazas como la ganadería y la minería.
Rojor quiso rendir tributo al conservador e investigador Blas Cárdenas, un biólogo empírico nacido en Santa Cecilia quien ha dedicado su vida a recorrer y monitorear las especies de su territorio. Blas aporta significativamente a preservar la biodiversidad colombiana y por su trabajo se han registrado dos especies que aluden a su nombre: la rana pristimantis blasi y la libélula telebasis blasi.
Whatha representó el oficio del barequeo, una labor tradicional que consiste en sacar oro de los ríos mediante herramientas artesanales como bateas, matracas y canaletas.
Mientras, Escur pintó a la entrenadora de boxeo Daniela Rivas Tanungama, una mujer zamba: de madre indígena y padre afro; y Kek aportó su toque de magia con letras que enmarcaron la frase “Somos hijos de los ríos”.
Detalles del mural